SORRAVENTURAS

Tras un tiempo indefinido sin actualizar, vuelvo a la carga para relatar mis experiencias de fin de semana y del camino de la vida por el que me pierdo frecuentemente.

En lo profesional, poco más hay que contar de lo que viene siendo el acabar el curso escolar, con un último día repleto de juegos y Nintendos ds con los enanos, de risas y cotilleos con los medianos, y de anécdotas y noches de borrachera con las mayores. Acabé hace dos jueves, y la sensación que me llevé fue radicalmente distinta de la que sentí el año pasado por estas fechas. Si bien el año anterior tenía la impresión de que el colegio en el que estaba era un lugar en el que no encajaba, esta vez me siento en plena conjunción con mis alumnos. Hay confianza y buen rollo, y eso se transmite en, por poner un ejemplo, tener unos chavales de 10 años de media que están resolviendo sin problemas libros de texto de inglés a un nivel de 2º de la e.s.o.
Para más inri, me han dado la posibilidad de volver a estar con ellos el año que viene, y por supuesto que aceptaré. No en todos lados uno encuentra un trabajo tan bien pagado por tan pocas horas de dar el callo.

En lo que trata de estos días atrás, la verdad es que han sido unos días que he compartido con una persona que me ha proporcionado momentos de ensueño. Realmente fuiste una más y mis amigos quedaron encantados contigo, jeje. Espero que tus días en La Coruña estén resultando de lo más placentero. Aquí en Madrid me hiciste cada segundo más intenso.
Y soy feliz al pensar que aún nos queda una más. Una última (de momento) en la que podremos frikear con la psp, comer hasta reventar (mejor en el chino), elegir dados y beber Brugal y bourbon a ritmo desenfrenado en cualquier garito de rock; pero siempre dentro de una misma estela llena de momentos de Los Simpsons.

Y en lo personal... la vida sigue igual. Llena de gente a la que deseo ver todos los días y que no puedo ver casi nunca, y de gente que veo casi a diario y con la que no me quiero encontrar.
Afortunadamente tengo a alguien que me adereza los días. Su grandeza está en que sean buenos o sean malos, ella siempre tiene unos granitos de azúcar para endulzarme la existencia y transformar mi rictus más serio en una sincera sonrisa.
Y lo mejor es que lo hace no ya sin esperar nada a cambio, sino sin siquiera darse cuenta del bien que me está haciendo.
Sólo espero que ella misma se dé cuenta de sus virtudes, de que la belleza está en los ojos del que mira y de que no porque varias personas digan que el cielo es verde tenga forzosamente que dejar de creer que es azul.
Eres una luchadora. Que nadie te diga lo contrario; ni siquiera tú misma, porque el espíritu que veo en tí es diferente.

Bueno, es tarde así que es tiempo de descansar, que tras un sábado para recordar y olvidar según qué momentos, el señor Morfeo me llama para dar un rulo de ocho horas por lo menos.

Este verano promete ser bueno. Momentos... os espero al borde de julio como agua de mayo.


TE ESPERO.

P.D: Esta cara de borracho no era del todo necesaria publicarla, pero no tengo otra estos días así que va a ser que os jodéis...y si no me queréis ver el gepeto...¡¡chindad el mirlo!! Jajajajaja.