SORRAVENTURAS

Iba tocando ya una actualización, ¿no?
Estos días atrás me han dejado una sensación ciertamente agridulce, como la salsa. Agria por estos últimos días en los que se torna negra mi presencia en el Marearock, ya que parece que los hados se hayan puesto de acuerdo en impedir que vaya. El saldo en mi cuenta asciende a 6´14 euros, y hasta que no cobre el mes de paro no parece que la situación vaya a ir a mejor; y por otra parte en casa me ha surgido cierto problema que, si bien quiero pensar que no es grave, al menos sí tendrá mi cabeza ocupada estos días debido a su importancia. He tenido que ir a pasar una mala racha justo en el momento en que menos deseaba que apareciera, joder.

Por otra parte, el fin de semana pasado se alargó un poco más de lo previsto, y lo compartí con una persona que se preocupa por mí y por mantener inquieto mi cerebro. Sin llegar al nivel de sus cuatro máquinas, digamos que en nuestras largas conversaciones, ella se preocupó de darle alimento de calidad a mi mente. Con ella hay que analizar cada frase porque ninguna de las palabras que usa cae en saco roto o la pronuncia en vano.
Y la verdad es que la sensación de analizar sus detalles y a ella en sí me gusta, al igual que me alegra ser uno de los partícipes de eliminar su fobia a Madrid. Lo pasó bien conmigo y mis amigos, y realmente daba la sensación de ser una más que baja todos los días con nosotros a hacer el canelo, a tomar algo, o a hablar de cualquier cosa.
Para más inri, dejó caer un regalo de cumpleaños a uno de ellos. (-¡Felíz cumpleaños!- ... -Igualmente-, jajajaja).
Así que en definitiva ella ya sabe dónde tiene su casa en la capital de España.
Viajamos en la misma estela.

Para acabar, ya que hoy no me encuentro precisamente al 100% de mi capacidad en nada, dedicarle también unas líneas a esa otra persona que en las horás más oscuras me sigue alumbrando con su luz. A pesar de tener poco aceite, siempre echa un poco más al candíl para que yo vea todo con más claridad. Tus gestos y tus detalles, aunque digas que no necesitan recompensa, no caerán en saco roto. LO PROMETO.
Eres la parte más dulce de la salsa así que no te desilusiones. Sabré qué hacer en muy poquito tiempo.

Te mereces mi cojín de Bob Esponja.