SORRAVENTURAS

Uf, la verdad es que tras escribir una actualización ciertamente deprimente, he decidido borrarla en el último momento porque había quedado un batiburrillo de ideas que no había muy bien por dónde coger... o sí; pero sólo las entendería yo y, ya que este blog lo leen más personas, no es cuestión de rallarles innecesariamente.

Bueno, que me pierdo. Estoy contento con el hecho de que ya al fin he hecho la tan ansiada reforma en una de las habitaciones de mi piso, entre otras cosas porque necesitaba un sitio al que ir trasladando las cosas que hay en mi, ya de por sí, saturada habitación.
Como bien sabréis, una de mis perdiciones son los Transformers, y he mandado hacer una vitrina grande donde me puedan caber todos y así lucirlos. Pues bien... a medida que he ido colocando los Transformers en sus respectivos huecos me he dado cuenta de lo terriblemente tedioso que resulta transformar y colocar adecuadamente a cada uno de estos bichitos. Uno no importa porque lo puedes transformar en 2 ó 3 minutos... pero cuando, quitando copias chinas y repintados, tienes que transformar y ubicar una media de doscientos pues... como que la tarea se vuelve un poquito asquerosa.
Otra pequeña putadita es precisamente eso... que tengo tantos que la vitrina, que es grande de cojones, se me ha quedado pequeña para tanto bichejo, y hay algunos que no podré lucir porque he tenido que meter en un maletero los que no me cabían.... y por si fuera poco mi madre no deja de dar por culo amenazando con que un día los quemará todos cuando yo no pueda defenderlos... snif...
Al menos, de todo se saca algo bueno. Lo primero es, obviamente, que el verlos a todos juntos me hace una tremenda ilusión, porque son robots muy bonitos en su mayoría y un cajón o una caja no son su lugar.
Por otra parte el hecho de verlos juntos me ha hecho concienciarme de que tengo muchos, tal vez demasiados, y de que ya va siendo hora de frenar un poco mis impulsos consumistas con ellos. A partir de ahora compraré sólo los que yo considere imprescindibles y me olvidaré de mis ansias de completismo, cosa que estoy seguro que también agradecerá mi bolsillo. Prometo fotos una vez tenga todo colocado en su sitio, jeje.

En otro orden de cosa, hoy es uno de esos día grises en los que se puede hacer poco más que mirar por la ventana cómo la lluvia se desliza por los cristales. Uno de esos días en los que uno se siente nostálgico y melancólico a partes iguales, aunque ello no signifique que el día en sí tenga que ser triste.
Al menos anoche pasé un momento agradable con mi gente. Lo que ocurra hoy ya no lo sé. Puede estar la cosa muy bien o muy mal, aunque me da la corazonada de que será un poco lo segundo. Bueno, sea como sea, ya iré comentando por aquí.

Espero que esta semana de transición no se me haga corta, porque ya sabe cierta personita de dos actualizaciones más abajo que la espero el viernes en mi casa... y con muchísimas ganas por cierto. A ver si te traes un poquito de sol para Madrid de ese que me das a mí tan a menudo.

¡¡¡Nos leemos!!!