SORRAVENTURAS

Bueno... en otro de mis arrebatos nostálgicos me he estado acordando estos días atrás de que, mucho antes de definirme como amante del bakalao (que no bakala), y de cagarme en la pachanga y el reggaetón con todos aquellos vocablos que el diccionario pone a mi disposición; es cierto que tanto yo como todo el mundo tuvimos ese temilla pachanguero que nos hacía gracia. Ese que criticábamos como la mayor mierda que había dado la música; pero que en la intimidad escuchábamos más de una vez y más de dos.

A pesar de ser estas canciones mi miedo cuando llega el verano o la nochevieja, confieso que estos temas en su día me robaron el corazón.

¿Quién no se acuerda del tiburón?


¿Y del venao? (Ese Ibiza mix 95 tiene historia, ¿eh, Uceda?)


¿Y de la de Bailando? Bueno esta era casi más bakalao; pero me encantaba igualmente.



Hale, ahora os toca mojaros a vosotros. ¿Cuáles son los vuestros? Poned links de youtube si los encontráis, jaja.
Bueno, esto es actualización insustancial antes de hacer mi típico balance del año, así que no hay mucho más que decir; que además no ando con el humor muy allá.

Navidad... una época que siempre me había llenado, si no de ilusión, al menos de tranquilidad. Hay años en los que la he disfrutado más y años en los que la he disfrutado menos; pero siempre que la he recordado me ha evocado buenas sensaciones.
Este año no.
No sé exactamente porqué; pero es el primer año en el que estoy sintiendo esto como esos típicos "anti-todo" de los que yo siempre me he quejado. Como una debacle consumista donde sólo hay excesos y ya sólo importa disfrutar de las vacaciones sin siquiera preguntarse el porqué de estas fiestas.
Quizá es porque precisamente esta época de excesos llega en parte a agobiarme, porque me siento en la obligación de asistir a ciertos compromisos y eventos a los que no quiero asistir...
Y sobretodo porque mi regalo de Navidad se retrasará hasta mediados de enero... y para algunas cosas soy muy impaciente y deseo que lleguen ya.

Aun así, este sentimiento no ha de ser colectivo, y sinceramente espero que los demás sí que disfrutéis de estas fechas tan señaladas.

Hasta pronto.

Bueno... hoy toca actualización, y la verdad es que en mi vida personal todo sigue sin mayores sobresaltos, y como me dice mi amigo Jorge: -Hay veces que "sin noticias" significa "buenas noticias"-. Así que hoy me apetece hablar de una serie que, si bien no me quita el sueño, sí es de las que más me ha sorprendido en los últimos años, por no decir directamente la que más.

Se trata de Naruto, una serie que resume las andanzas de un chico aprendiz de ninja que vive en un mundo de fantasía y cuya meta es convertirse en Hokage (título que se le da al jefe de cada país que hay en ese mundo).
Bajo esta simple pero flexible idea, se descubre un mundo lleno de aventuras con cerca de una centena de personajes, todos ellos ricos en matices y muy bien diferenciados entre sí.
Donde tan emocionante es ver las peleas y los giros argumentales de la historia, como el ver cómo los personajes van creciendo y van tomando su propio camino. Desgraciadamente no todos toman el correcto, como es el caso de Sasuke. Mejor amigo del protagonista (Naruto), y que al final acaba siendo un loco criminal... pero eso es otra historia.

Y la verdad es que estoy contento de que se retomen las series de aventuras y acción. Las cifras hablan por sí solas. Naruto va camino de convertirse en un nuevo Dragon Ball, y a su increíble éxito le acompañan series tan interesantes como One Piece o Bleach (también muy recomendable). Atrás quedaron las series ñoñas tipo Somos chicos de menta o La familia crece, y las series infumables de pocos capítulos donde animar un sinsentido pretendía ser convertido en una serie de culto con la excusa del "no entiendo nada, luego esto es muy denso y super-adulto".

Pues eso, que no me enrollo más. Ya sabéis; si queréis averiguar más sobre el chico ninja y sus aventuras, a leer Naruto... ¡o a descargaros la serie del emule!, jeje. No os vais a arrepentir. Son ya unos cuantos los reacios a esta serie que conocía, y tras darle la oportunidad se han llegado a ver la friolera de cien capítulos en dos o tres semanas. Y es que esta serie engancha.

Os dejo dos openings de la serie para que veáis el cambio que han sufrido los personajes.





Chao pescaos.